Trabajo de vendedora ambulante. Vivo en el suburbio desde hace 8 años con mi suegra, mi cuñada, mi sobrina, mi esposo y mi hija. Supe del CDH gracias a mi suegra, ya que un abogado le había comentado de ustedes en la Penitenciaría del Litoral. Mi marido está en la Penitenciaría por manutención. Les relataré el caso de tortura que él sufrió en UPC.
Esto ocurrió el 21 de mayo (del 2023). Lo cogieron detenido en el (Centro Comercial) Policentro cuando llegó la mamá de la niña con unos policías para meterlo preso por manutención.
Traslados
Me llamó para que vaya a recibir las cosas de él porque se lo estaban llevando detenido. En ese momento, los policías le hicieron cortar la llamada de teléfono y alcance a escuchar insultos. Luego él me volvió a llamar y yo escucho que les pregunta a los policías a dónde lo van a llevar, ellos responden diciéndo que lo iban a llevar al Cuartel Modelo. Cuando llegué Cuartel Modelo, resulta que él no estaba ahí. Por medio del GPS del teléfono me doy cuenta de que estaban frente al sector Fortín, ya que allá hay una UPC.
Él me vuelve a llamar cuando yo estaba viendo el GPS y me dice que no puede hablar mucho y que los policías lo tienen ahí haciendo tiempo. Escuché como mi marido le dijo al policía que él no es un delincuente y que simplemente lo están cogiendo por manutención. Un policía responde “ya, ya, te tenemos un regalito por entregar”.
Yo llegué al Fortín, pero según el GPS, ellos ahora estaban en el Cuartel Modelo. Llamo yo al celular de mi marido y él abre la llamada a escondidas. Logro escuchar que el Policía le dice que se saque sus cosas, pero al decirle mi marido que debe darle las cosas a su mujer, es decir a mi, este lo vuelve a insultar.
Los policías nunca me entregaron las pertenencias. Al llegar al Cuartel Modelo, un policía del cuartel me dijo que mi marido ya no esta ahi y debió haberse quedado en los calabozos de ahí. Por medio del GPS, vi que se lo habían llevado al UPC (del sector) de la Kennedy. Ese es el circuito de los policías que lo habían arrestado.
En las llamadas, escuchaba como lo amenazaban a cada rato con insultos y con llevarlo directo a la Penitenciaría, repitiendo que le tenía el “regalito”. No sabía a qué “regalito” se refería, hasta que lo entendí el siguiente día.
Tortura
Eran aproximadamente las 6h30 de la mañana (22 de mayo), y me llamaron desde la Penitenciaría para decirme que mi marido estaba mal, que le habían pegado, que estaba en una situación muy crítica y que vaya en ese mismo momento a la Penitenciaría. Lo habían golpeado en el UPC de Kennedy, sé esto porque el GPS me mostró que estaban en ese sector cuando escuche en una de las llamadas sonidos de golpes.
Cuando llegué a la Penitenciaría, la Directora de la Casa de Confianza me dijo que había mandado a mi marido a la clínica móvil que estaba afuera por la magnitud de sus golpes. Fui allá y lo vi en una silla tirado. Tenía una coloración muy fea, estaba pálido, tenía toda la parte del ojo izquierdo negra, y un hematoma que salía desde el pómulo hasta la parte de arriba de la ceja, hinchado y negro. Yo me puse mal ya que me impresioné mucho al verlo y se me bajó la presión.
Su presión marcaba entre 70-60 con pulsaciones de 55, por lo que el personal médico pidió una ambulancia. En eso, viene otro doctor y me dice que vaya a poner una denuncia, pasándome por medio de WhatsApp, las fotos del estado de mi marido. Salí de ahí, porque me dijeron que debía denunciar en flagrancia, pero nunca me aceptaron la denuncia ya que allá me dijeron que debia estar casada con él.
Mientras tanto en la Penitenciaría, mi sobrina me contó que una guía comenzó a agredir a mi marido y a ella. Estando mi marido aún mal, esa guía, lo agarró de la camilla y lo tiró prácticamente al piso. Mi marido dice que empieza a sentir que “se desvanece” y comienza a vomitar.
Pasó casi todo el día, eran aproximadamente las 4 de la tarde y nunca llegó ninguna ambulancia. Todas las ambulancias las desviaban, no las dejaban entrar a donde él estaba. El médico al ver que mi marido empeoraba dijo: “estos no son síntomas normales, estos son síntomas de muerte” y desesperado llama al ECU 911 otra vez, ya que mi marido ya no podía respirar.
Finalmente una ambulancia lo llevó al Hospital Guayaquil y allá le dicen que tiene comprometido un pulmón, al tenerlo lleno de sangre. En total, a él, le sacaron 2500 mililitros de sangre en el pulmón. Cuando él estuvo internado no me dejaban verlo, porque decían que él era un PPL (persona privada de la libertad). Él estuvo 15 días en el Hospital de Guayaquil, y nunca le dieron un post-operatorio, en sí no le dieron nada.
Atención en hospital
En el hospital no querían darme información sobre mi marido, Conseguí información en los siguientes días mediante un amigo de mi mamá que trabaja ahí, diciéndome que mi marido tenia dañado prácticamente toda la cavidad del pulmón, y que estaba con tubo torácico, ya que su pulmón estaba lleno de líquido y de sangre, y que tenían que drenar todo eso.
Fui a (Departamento) Trabajo Social, y no me quisieron atender al principio, diciéndome que él era un PPL y yo no tenía derecho a la información. Llegó el día domingo, mi cuñada y mi sobrina se habían metido al hospital, y cuando los médicos estaban llevando a mi marido a hacerse unos rayos X, él empieza a entrar en crisis, uno de los médicos grita y otro dice que le está dando pre infarto. Vi todo esto por videollamada, mientras que mis familiares tomaron fotos de la situación.
Al día siguiente, nada de eso estaba en su informe, y según este se encontraba aparentemente bien. Cuando yo fui otra vez a Trabajo Social a pedir información, me dijeron que él estaba en perfecto estado, que no me preocupara. Entonces, yo les enseñe las fotos donde mi marido está mal, y la señora del Trabajo Social se enojo conmigo y les quitó importancia a las fotos diciendo que debió haber tenido algún dolor de estómago y no un pre infarto.
Yo entré a ver a mi marido, y vi que estaba muy mal, solo estaba saturando 62% del 95-100%, que es lo normal. Le pedí a la enfermera que lo ayude, pero esta me dijo que cuando trató de ayudarlo no se lo permitieron, ya que mi marido era un PPL, teniendo que entrar un compañero suyo a escondidas en la madrugada para darle atención.
Luego de eso no me volvieron a dejar entrar al hospital y hasta el día de hoy no puedo tener un certificado médico de que él tuvo ahí, o con qué diagnóstico salió, solo me dieron una receta y un papel dándole de alta. Lo regresaron a la Casa de Confianza en la Penitenciaría, a pesar de que el médico que me ayudó desde un principio me dijo que mi marido puede presentar de nuevo complicaciones en algún momento.
Gracias a Dios, allá adentro, en la Penitenciría, resultó que un familiar cercano a mi marido era guía. Entonces, desde que él llegó del hospital estaba “asegurado” en el sentido que no le iba a pasar nada malo, puesto que este familiar lo protegía, pero imagínese que no hubiese estado este familiar ahí, ¿cuál hubiese sido la historia? hubiera sido todo lo contrario, pero no fue así, por algo Dios no lo permitió.
Nota: la entrevista se realizó el 11 de julio del 2023 en la oficina del Comité Permanente por la Defensa de los Derechos Humanos.
Corto Documental producido “A mi marido lo torturaron en UPC” por el CDH (21.10.2023 – 3minutos44segundos).
Sinopsis: Mujer comerciante ambulante denuncia la fuerte tortura que sufrió su conviviente detenido en Unidad de Policía Comunitaria el 21 de mayo del 2023. En la madrugada del día siguiente, agentes de la Policía Nacional dejaron al detenido en la Penitenciaría del Litoral. El detenido se encuentra acusado de no pago de pensión alimenticia.
Ver video: https://www.youtube.com/watch?v=ebVLpv8rfN0&t=16s