En 1985 se publicó la icónica obra de la escritora canadiense Margaret Atwood, titulada “El Cuento de la Criada”. En esta novela la autora nos narra una sociedad distópica, en la que un grupo de reaccionarios dan un golpe de Estado y fundan la nación teocrática de Gilead; una sociedad gobernada por hombres, en la cual las mujeres son controladas por el Estado hasta en los detalles más ínfimos, en especial en su vida sexual y reproductiva.
Esta obra nos muestra cómo a través de pequeños actos de dominación el Estado fue quitando a las mujeres su autonomía y las censuró de la esfera pública, siendo el acto más extremo de violencia descrito por Atwood, las violaciones sexuales sistemáticas a mujeres a las que se asignó el rol de “CRIADAS”, quienes eran obligadas a gestar y parir los hijos de sus violadores, para la consecución del valor máximo que dicho Estado otorgó a las mujeres: la reproducción.
Esto que en el mundo descrito por Atwood parece una realidad lejana e imposible, es una realidad latente en nuestro país. En Ecuador las niñas, adolescentes y mujeres que son violadas son obligadas a continuar con embarazos forzados, pues pesa sobre nosotras la amenaza de una pena de prisión si decidimos interrumpir un embarazo, aun cuando este haya sido producto de violencia sexual.
Cada día aproximadamente 7 niñas de entre 10 y 14 años dan a luz, cada día se presentan en la Fiscalía aproximadamente 12 denuncias de violación, 1 de cada 4 mujeres en Ecuador ha sufrido algún tipo de agresión sexual y apenas al alrededor del 15% de los casos obtienen sentencia contra el agresor. Más de 300 mujeres desde 2014 han sido judicializadas por abortar, de ellas el 100% son mujeres empobrecidas y el 70% fueron adolescentes entre 14 y 19 años. El Estado que no nos protege de la violencia sexual, además nos persigue, nos estigmatiza y nos criminaliza.
Por eso hoy decimos, NO MÁS.
En la nación de Gilead que describió Margaret Atwood, ante a los abusos del Régimen autoritario y conservador que gobernaba, un grupo de mujeres de todos los estratos se organizaron secretamente y formaron entre ellas redes de apoyo y frentes de lucha, así en “El Cuento de la Criada” aparece LA RESISTENCIA.
La resistencia de las mujeres ha sido históricamente y seguirá siendo nuestra respuesta frente a los abusos, y las injerencias sobre nuestros cuerpos y nuestras vidas. Ni el Estado ni la Iglesia nos va a callar más.
Hoy las mujeres que estamos en esta plaza nos resistimos al silencio
Nos resistimos a la impunidad en casos de violencia sexual
Nos resistimos a los secretos familiares que encubren violadores
Nos resistimos a la clandestinidad
Nos resistimos a la criminalización de la pobreza
Nos resistimos a que se descarten nuestros derechos
Nos resistimos a las maternidades forzadas
Y exigimos a la Asamblea Nacional que APRUEBE la despenalización de aborto en casos de embarazo producto de delitos sexuales y reproductivos contra las mujeres. El Estado está en la obligación de brindar justicia y reparación para las sobrevivientes de violencia sexual.
No nos vamos a desmovilizar, no nos vamos a callar. SERÁ LEY.
Manifiesto escrito por Aborto Libre Guayaquil
Fotos: Andres Loor Moreira / CDH
Plaza San Francisco en Guayaquil, 13 de agosto del 2019